La risoterapia es un complemento a las terapias tradicionales, que si bien ayuda a mejorar la salud de las personas, no es un sustituto de los tratamientos convencionales. Se define como una técnica psicoterapéutica basada principalmente en conseguir beneficios a nivel somático y emocional en las personas a través del fomento de la risa. Actualmente los profesionales de la salud consideran que en sí misma no puede definirse como una terapia, ya que no cura una enfermedad de forma totalitaria, pero sí actúa como complemento de las terapias convencionales mejorando el pronóstico de ciertas patologías.
En el ámbito clínico, la utilización de la risa puede presentar un carácter preventivo, como opción terapéutica complementaria o alternativa a otras estrategias terapéuticas establecidas. En el ámbito social, propone principalmente intervenciones preventivas destinadas a potenciar los beneficios de salud en el entorno laboral, comunitario, familiar o personal.
La risa se inicia sobre los cuatro meses de edad y constituye una forma de comunicación relacionada con el lenguaje, tanto es así que algunos científicos la consideran un lenguaje universal. En sí misma tiene un ritmo, un nivel, un volumen y una duración particulares que la hacen exclusiva e inédita de cada persona. Podemos definirla como la expresión de una emoción debido a diversos elementos intelectuales y afectivos, que se muestra principalmente en una serie de aspiraciones más o menos ruidosas, dependiendo en gran parte de las contracciones del diafragma.
La risa es el recurso más útil y eficaz para relajar las tensiones, fortalecer las relaciones y unir a las personas. Escuchar buenos chistes permite que tanto el corazón como el sistema circulatorio experimenten una estimulación saludable y una mayor oxigenación; Pero lo más importante es que también mejora nuestra resistencia al estrés, las infecciones y el cáncer. Recuerde cultivar la sonrisa interna y… ¡Somos felices porque nos reímos! … ¡Un día perdido es un día en que no hemos sonreído!