La llegada cada año a la región del Caribe de grandes cantidades de partículas de polvo en forma de nubes generadas por las tormentas de arena del desierto del Sahara tiene un marcado impacto desfavorable sobre diferentes ecosistemas marinos y terrestres, y la salud humana en general.
Así lo manifestó a Granma el doctor en Ciencias Físicas Eugenio Mojena, del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, durante la segunda jornada del Taller CONTAT 2014, auspiciado por el Centro de Contaminación Atmosférica de esa propia entidad.
Según precisó el especialista, el polvo contiene hierro, sal, sílice y otros compuestos minerales, además de contaminantes orgánicos persistentes, virus, hongos, bacterias, y ácaros patógenos, capaces de dañar al hombre, las plantas y los animales.
Indicó que de acuerdo con estudios recientes, las grandes oleadas de polvo que llegan anualmente al Caribe repercuten en el declive de las poblaciones de arrecifes coralinos, al ser estos atacados por un hongo endémico del suelo africano, transportado por ese tipo de nube.
También inciden en el incremento del número de mamíferos marinos enfermos, en la proliferación más frecuente de los denominados episodios de marea roja asociados a grandes floraciones de algas, muchas de ellas tóxicas, y en la aparición de plagas en el arroz, frijoles, frutales, caña de azúcar y otros cultivos.
En el caso particular de Cuba los resultados preliminares de las investigaciones sugieren que el Polvo del Sahara parece influir en el aumento del asma bronquial, alergias, afecciones de la piel y dolencias cardiovasculares.
Como señala el doctor Mojena, en nuestro país los picos suelen ocurrir en los meses de junio y julio (uno de sus indicios más evidentes es la notable bruma que observamos en determinados días), y la región de mayor afectación es la oriental, aunque de manera general las nubes de polvo llegan a todo el archipiélago.
Tomado de: Granma