Los científicos han demostrado que escuchar música antes, durante y después de la cirugía reduce en los pacientes el dolor, la ansiedad y la necesidad de analgésicos. Así lo afirman investigadores británicos tras efectuar una revisión exhaustiva y sistemática de los estudios disponibles sobre el tema.
Un equipo de investigación dirigido desde la Universidad Queen Mary de Londres, Reino Unido ha analizado los resultados de 73 ensayos controlados aleatorios donde se observó el impacto de la música en la recuperación postoperatoria, en comparación con la atención estándar u otras intervenciones no médicas como los masajes.
Los resultados confirmaron, por primera vez, el vínculo entre música en la sala de operaciones y la reducción significativa del dolor postoperatorio.
Esta revisión sistemática involucró a cerca de 7.000 pacientes y los resultados confirmaron, por primera vez, el vínculo entre la música en la sala de operaciones y una reducción significativa en el dolor postoperatorio, la ansiedad postoperatoria y la necesidad de medicación de alivio del dolor tras la operación. Los resultados se publican hoy en la revista The Lancet.
“En la actualidad la música no se utiliza de forma rutinaria durante la cirugía para ayudar a los pacientes en su recuperación postoperatoria. Esperamos que este estudio cambie las percepciones erróneas y destaque el impacto positivo que la música puede tener”, explica Catherine Meads, que dirigió el estudio en la Universidad Queen Mary, y que ahora trabaja en la Universidad Brunel de Londres.
Los investigadores analizaron los datos de los pacientes adultos sometidos a una variedad de procedimientos quirúrgicos, con o sin anestesia, en cualquier parte del cuerpo. Las únicas excepciones que encontraron a este hecho fueron cuando se trataba de cirugía en el sistema nervioso central, la cabeza y el cuello, debido a una deficiencia auditiva potencial.
“La música debe estar disponible para todos los pacientes sometidos a cirugía”, dice J. Hole
La elección de la música, el momento y la duración variaba en todos los estudios analizados, y el trabajo demuestra que estos factores no marcan apenas diferencias en el resultado. La música era eficaz incluso cuando los pacientes estaban bajo anestesia general.
“Ahora existen pruebas suficientes para demostrar que la música debe estar disponible para todos los pacientes sometidos a cirugía. Los enfermos deben poder elegir el tipo de música y el momento, adaptándose a las diferentes configuraciones dependiendo de los requerimientos médicos y equipos involucrados”, apunta Jenny Hole, coautor del estudio y estudiante de medicina en la Universidad Queen Mary de Londres.
Tomado de Infomed