la urbanización en los países subdesarrollados, el comercio internacional de alimentos humanos y animales, así como la aparición de nuevos agentes productores de ETAs o nuevas mutantes con mayor patogenicidad; nuestro país no esta exento de ello y el número de personas que se enferman por esta causa es cada vez mayor.
La posibilidad de evitar la transmisión de enfermedades a través de los alimentos, y las pérdidas de los mismos por deterioro depende de las precauciones que se tomen durante las actividades que se realizan con ellos, de ahí la importancia de lograr que se garantice su inocuidad.
La prevención de la contaminación, multiplicación o supervivencia de los contaminantes es posible con el cumplimiento de las medidas básicas de saneamiento en el hogar y en la comunidad. Internacionalmente se conocen estas medidas con el nombre de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
Las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) constituyen un problema para la salud de la población. Todos los días, se reportan casos de personas que contraen enfermedades debido a los alimentos o el agua que consumen y que están contaminados por microorganismos, gérmenes patógenos y/o químicos tóxicos que incluso pueden llegar a causar la muerte, afectando principalmente a la niñez, la adolescencia, mujeres embarazadas, personas inmunosuprimidas y de la tercera edad.
El agua y los alimentos son seguros cuando no tienen microorganismos peligrosos (bacterias, virus, parásitos u hongos), químicos (alérgenos, residuos de medicamentos veterinarios, agroquímicos o toxinas) o agentes físicos externos (tierra, pelo, insectos, etc.) que constituyen un riesgo para la salud. Un alimento seguro es llamado también inocuo.
En Cuba la salud es un derecho, no se trata solo de curar, sino de prevenir. La inocuidad de los alimentos resulta una responsabilidad compartida, entre productores, distribuidores y comercializadores que deben cumplir los requisitos sanitarios establecidos, y las autoridades regulatorias que exigen su cumplimiento.
En el actual contexto del país se enfatiza en la importancia de este tema como parte de la actualización del modelo económico y social, si se tiene en cuenta que la oferta de productos elaborados tiene un gran peso en los trabajadores por cuenta propia, por lo cual es imprescindible enfatizar en la necesaria inocuidad para preservar la salud. En este sentido y para garantizar su seguimiento, cumplimiento e impacto, se elaboró y aprobó una política para este fin.
Sin embargo en los momentos que se está viviendo en el país causado por la COVID 19, el proceso de garantizar que los alimentos sean inocuos para comer no acaba con la compra de los mismos, sino que en casa, la familia debe asegurarse de que lo que comen sigue siendo seguro.
5 claves para la Inocuidad de los Alimentos.
- Mantener la limpieza para evitar la contaminación.
- Separar los alimentos crudos y los cocinados para que no se contaminen entre sí.
- Cocinar completamente los alimentos para matar los microorganismos.
- Mantener los alimentos a temperatura segura calor o frio para que las bacterias no proliferen.
- Use agua y materias primas seguras.
Para enfrentar los nuevos desafíos en la producción de alimentos, el uso de nuevas tecnologías y las exigencias de la inocuidad en el comercio internacional, y garantizar la salud de la población, tenemos los siguientes retos y prioridades:
- Fortalecer capacidades de laboratorios sanitarios.
- Desarrollar sistemas nutricionales que ayuden a cambiar hábitos alimentarios (reducir consumo de azúcar, sal, grasas).
- Crear capacidades que incluyan a los consumidores y a las nuevas formas de gestión no estatal.
- Perfeccionar el trabajo de las Autoridades Nacionales Regulatorias (ANR) y su acreditación.
- Implementar el Plan Nacional de Resistencia Antimicrobiana
- Trabajar de forma multisectorial para lograr una Salud.
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