En 1939 el arquitecto Emilio de Soto Segura recibió la tarea de confeccionar el proyecto de edificación de una clínica provincial, concebida para prestar asistencia médica de maternidad a las mujeres obreras y a las esposas de los obreros…. Para el diseño del proyecto, de Soto hizo un estudio profundo de las edificaciones de las clínicas maternas existentes entonces en otros países y, sobre esa base, logró relacionar de modo ingenioso la arquitectura del centro con la ciencia médica. La institución se construyó en un terreno de forma trapezoidal con considerables irregularidades, situado en la Calzada de Columbia (actualmente Avenida 31) y calle 84, Marianao, donde el 1º de abril de 1939 el entonces Coronel Fulgencio Batista Zaldívar colocó la primera piedra.
La ceremonia de inauguración de la clínica se había señalado de inicio para el 4 de septiembre de 1941; pero hubo que posponerla porque Batista, el mismo que como Presidente de la República bañó luego de sangre al país, debió asistir ese día a otras actividades relacionadas con esa fecha tan tristemente recordada por los cubanos.
Fue en la tarde del sábado 20 de septiembre que quedó oficialmente inaugurada la Clínica de Maternidad Obrera de La Habana, que ya había comenzado a prestar servicios desde el día 1º de ese mes. El acto, presidido por el sátrapa Batista, contó con la asistencia del Ministro del Trabajo Márquez Sterling, jefes de distintas instancias de las fuerzas armadas, médicos y numerosas personas de todas las clases sociales. En la actividad, ampliamente difundida por la prensa escrita y radial, hablaron, además del Presidente, el doctor Alfredo O. Cabeiro a nombre de la clase patronal; el doctor Arturo Comas Calero, Presidente de la Junta Central de Maternidad, el Ministro de Salubridad doctor Sergio García Marruz, José Llerena Cruz, Presidente de la delegación de La Habana y Francisco Malpica por la Confederación de Trabajadores de Cuba.
Dotada con los equipos más modernos y con los adelantos científicos y técnicos de la época, esta clínica llegó a ser una de las mejores dentro de su clase a escala internacional. Su primer director fue el doctor Alfredo Comas Calero, fiel servidor del tirano Batista; como administrador se eligió a Luis M. Chappy; como jefe de personal a Otto Giner Frías y como jefa de enfermeras a Eloísa Frías. Manuel J. Moreyra dirigió en principio el departamento de Contabilidad; el doctor Federico Fusté el departamento de Anatomía patológica; el doctor Felipe Carbonell se hizo cargo los servicios de estadísticas de maternidad obrera; Ofelia Cuervo asumió la jefatura de las consultas externas de enfermería y el doctor Jorge A. Domenesis la de la farmacia. Con el servicio de Rayos X se responsabilizó al radiólogo José R. Lambert, con el Laboratorio clínico al doctor Ernesto Velarde y con los servicios internos a Juan Cuadros.