El 53 por ciento de los pacientes asegura que, tras el tratamiento, pasó a tener muchísima menos hambre; el 30, mucha menos y, el 17, menos
Washington, 26 mar (PL) Una técnica menos invasiva consistente en congelar el nervio responsable de avisar al cerebro de que el estómago está vacío favorece la pérdida de peso, demuestra una investigación estadounidense publicada hoy.
Como resultado, el 53 por ciento de los pacientes asegura que, tras la intervención, pasó a tener muchísima menos hambre; el 30, mucha menos y, el 17, menos.
Asimismo, los que se sometieron al tratamiento, cuya duración es de 12 meses, perdieron un 3,6 por ciento del peso inicial.
Al decir del autor principal, David Prologo, la operación, que ya se utilizaba con otras enfermedades para disminuir el dolor crónico, dura unos 30 minutos y es totalmente indolora.
También, no existe riesgo alguno de que la sensación de hambre se elimine por completo para siempre, asegura. El cuerpo tiene otros sistemas de respaldo, subraya.
Según Prologo, serán necesarias muchas más pruebas de este tipo con muchos más pacientes, para determinar la seguridad y fiabilidad de un procedimiento de esta índole.
La Organización Mundial de la Salud señala que la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas por esa causa.