En su cuenta oficial de Twitter el presidente del Grupo Empresarial de Industrias Biotecnológica y Farmaucética (BioCubaFarma), Eduardo Martínez, detalló que un comité independiente para el análisis de datos del ensayo clínico comprobó dichos resultados.
Desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), Abdala inició el pasado 2 de diciembre la primera fase del estudio clínico con 200 voluntarios en el Hospital Saturnino Lora, de la oriental provincia Santiago de Cuba.
Esa fase, que concluye el 16 de febrero próximo, involucra además a más de 40 profesionales de la salud entre médicos, enfermeros y laboratoristas.
Abdala se aplica por vía intramuscular y lo supervisan organismos especializados, como el Centro Regulador Nacional de Medicamentos y Equipos Médicos.
El CIGB labora al unísono en otro candidato antiCovid-19, Mambisa, diseñada para uso nasofaríngeo.
Ambos productos cerraron el ciclo corto de ensayo, comprendido en los días cero, 14 y 28, para después del procesamiento de muestras transitar a otro periodo de evaluación más largo, de cero, 28 y 56 días.
Los primeros indicios confieren seguridad de las dos moléculas, con efectos adversos leves, afirmó recientemente a Prensa Latina, la doctora Miladys Limonta, gerente del proyecto vacunas contra la Covid-19 de dicha institución.
Con esas propuestas del CIGB y otros proyectos del Instituto Finlay de Vacunas, Soberana 01 y 02, Cuba completa cuatro candidatos para contrarrestar el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
Debido a los resultados positivos que han mostrado esos productos, la isla caribeña prevé iniciar en el mes de marzo el uso de emergencia de alguno de ellos para la inmunización de personas vulnerables.
El presidente de BioCubaFarma señaló también que trabajan para lograr exitosamente ‘más de una vacuna’ destinada a diferentes poblaciones.