Por Helen Hernández
Puede que sea el desgarrador relato de una mujer maltratada narrado en el libro de una autora contemporánea; un concierto que llama a prevenir la violencia en las nuevas generaciones; un documental que polemiza sobre los masturbadores públicos; el ensayo que describe una problemática actual de las mujeres cubanas o un cuadro donde se retratan los perjuicios del machismo. Lo cierto es que en los últimos años la cultura ha funcionado como espacio amplificador de las luchas contra la violencia hacia las mujeres y las niñas en la sociedad cubana, una realidad evidenciada.
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