Pacientes celíacos de esta capital podrán inscribirse, a partir de hoy, para ser clientes exclusivos de la panadería-dulcería la Antigua Chiquita, primera en Cuba que se dedicará a la elaboración y venta de productos sin gluten.
Sita en la avenida Salvador Allende de Centro Habana, la instalación abrirá sus puertas en los próximos meses para atender exclusivamente a personas afectadas por ese trastorno en el intestino delgado, que les impide asimilar dicha proteína de reserva, presente en los cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena.
Luis Carlos Góngora, director de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria, explicó que, en una primera etapa, el proyecto responderá a las necesidades de los pacientes celíacos de La Habana, y paulatinamente extenderá sus servicios a las provincias del occidente cubano.
De ahí que por el momento, solo deberán presentarse en la unidad las personas intolerantes al gluten residentes en la capital, aclaró el directivo, al insistir en la voluntad de expandir el proyecto al resto del país en la medida de las posibilidades.
Para inscribirse, los interesados deben llevar el certificado médico y copia, el carné de identidad y vías de contacto, en el horario de nueve de la mañana hasta la una de la tarde, indicó Góngora.
En un primer contacto para degustar los productos que se confeccionarán en la Antigua Chiquita, enfermos, médicos y tecnólogos de la industria alimentaria conocieron detalles del proyecto, fruto de la colaboración con la Empresa española de Investigación y Desarrollo Panadero, Indespan.
Con una vasta experiencia en la creación de mezclas para elaborar surtidos de panes, pizzas y dulces sin gluten, Indespan donó a Cuba la tecnología y materia prima necesaria para adiestrar a los maestros panaderos y dulceros que asumirán esta sensible tarea.
Carlos Bernabé, director de la firma española, resaltó que para el noble propósito suministraron casi media tonelada de las fórmulas y almidones alternativos, con los cuales se elaboró una diversa gama de bocadillos que, además de nutrir, dan placer al consumidor sin que se sienta limitado socialmente.
La iniciativa concibe la producción y comercialización de unas 60 variedades de surtidos sin gluten, aseguró Ana Ivis Montero, administradora de la unidad, en tanto disponen de todo el equipamiento para responder a la demanda prevista en la etapa inicial -cerca de unos 300 clientes-.
Aunque sus puertas aun no han abierto, la Antigua Chiquita constituye claro ejemplo de la voluntad y preocupación del Estado cubano por proteger a quienes más lo necesiten; en este caso, una población que no rebasa hoy en todo el país las 800 personas –según las estimaciones-, quienes ya reciben una protección alimenticia especial por su enfermedad.
Tomado de CubaSi.