Las personas afectadas por tumores cancerosos son especialmente vulnerables a la COVID-19. Investigadores y organizaciones de especialistas, incluida la Sociedad Europea de Oncología Médica, insisten en que deben vacunarse y piden que se considere como una prioridad de salud pública.
La pandemia ha provocado retrasos significativos y devastadores en las estrategias de cribado, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con cáncer. Esto, a su vez, puede traducirse en un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad relacionadas con la enfermedad, como apunta la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su informe ‘Las cifras del cáncer en España 2021’, que fue hecho público con motivo del Día Mundial de esta enfermedad.
Además, se ha demostrado que estos pacientes poseen un mayor riesgo de COVID-19 grave, especialmente entre aquellos con neoplasias hematológicas y pulmonares, tumores sólidos o enfermedad metastásica, aunque siguen siendo necesarios más estudios al respecto. Entonces, ¿los pacientes con cáncer deberían ser vacunados contra el SARS-CoV-2?
Para los oncólogos, la vacuna es segura, al igual que lo es para el resto de la población, por lo que es importante inmunizar al mayor número de pacientes y lo más rápido posible
“Estas vacunas están basadas en ARNm, que es rápidamente degradado en el interior celular y no tiene capacidad de reinserción ni de replicación. Por ello, al igual que otras similares, las consideramos adecuadas para los pacientes con cáncer”, explica a SINC Pilar Garrido, presidenta de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME).
“El mensaje que hay que dar es que la vacuna es segura, al igual que lo es para el resto de la población, así que hay que inmunizar al mayor número de pacientes y lo más rápido posible”, afirma Thomas Powles, investigador del Instituto del Cáncer Barts en Londres (Reino Unido). “Aunque no han sido probadas en pacientes con cáncer, el beneficio puede ser muy grande si se genera rápidamente algún tipo de inmunidad”.
“Es cierto que la información sobre sus efectos en los pacientes con cáncer es aún muy limitada, pero con los datos actualmente disponibles no hay recomendaciones explícitas para excluir ningún grupo de pacientes adultos”, añade Garrido, responsable también de la iniciativa Women for Oncology.
Más dudas existen con relación al cáncer pediátrico, ya que las vacunas aprobadas hasta ahora están indicadas en personas de 16 y 18 años en adelante. “No cuentan con información sobre la eficacia y seguridad en niños y adolescentes de menor edad. Tampoco hay datos sobre su impacto en la transmisión de la infección por lo que, por el momento, la decisión de vacunar debe descansar sobre el beneficio esperado de la protección individual”, continúa la oncóloga española.
Priorizar a este grupo, sí o no
La pregunta ahora sería si, independientemente de cualquier otra indicación (por ejemplo, la edad), debería colocarse a este grupo vulnerable en una posición de alta prioridad.
La Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), ha publicado recientemente un documento recomendando a todos los estados miembros de la Unión Europea que anticipen su vacunación por el alto impacto del coronavirus en estos pacientes.
La presidenta de la Sociedad Europea de Oncología Médica piensa que hay que verbalizar la alta mortalidad por la COVID-19 de los pacientes con cáncer para hacer entender a la sociedad por qué es tan importante impulsar la vacunación
“Pedimos que los pacientes en tratamiento por cáncer sean una prioridad en la vacunación”, explica Solange Peters, presidenta de ESMO. “También queremos más ensayos que analicen sus posibles efectos secundarios en este grupo vulnerable y más educación para que la gente entienda la importancia de la inmunización, que los beneficios siempre son que los riesgos”.
La experta, que trabaja en el Hospital Universitario de Vaudois (CHUV), en Lausana (Suiza), piensa que hay que verbalizar la alta mortalidad por la COVID-19 de los pacientes con cáncer para hacer entender a la sociedad por qué es importante impulsar la inmunización. “Y para los que dudan de la duración de la inmunidad, solo decir que alguna protección siempre es mejor que ninguna”, añade.
En España, las recomendaciones de la FACME para la vacunación en grupos de especial interés sostienen también que los pacientes con cáncer son un grupo a priorizar, puesto que tienen mayor riesgo de muerte: “Deberían priorizarse los pacientes que están recibiendo tratamiento o los que tienen un tumor avanzado, especialmente aquellos con cáncer de pulmón y neoplasias hematológicas”.
Lo que no está claro es si esta recomendación de priorización debería aplicarse también a pacientes con un diagnóstico previo de cáncer que ya no estén en tratamiento activo, puesto que se puede considerar que los supervivientes tienen el mismo riesgo que otras personas con la misma edad y otros factores de riesgo.
Las recomendaciones de la FACME son que deberían priorizarse aquellos pacientes que están recibiendo tratamiento o los que tienen un tumor avanzado, especialmente aquellos con cáncer de pulmón y neoplasias hematológicas
“Hay distintos tipos de pacientes de cáncer y en los últimos días se ha anunciado que la vacunación en ese grupo se iniciará por los mayores de 80 años”, apunta Pilar Garrido. “De momento, no disponemos de más detalles sobre la priorización prevista”.
Lo que sí se ha identificado es que, si el objetivo es proteger al paciente en tratamiento inmunosupresor, una medida complementaria a su vacunación será la inmunización de su entorno. “Los cuidadores deberían ser igualmente una prioridad en la vacunación”, matiza Peters. “Todo lo que hacemos en el tratamiento del cáncer al final recae sobre los hombros de las personas que cuidan de los enfermos”.
Vigilancia y efectos adversos
La eficacia y la duración de la inmunidad en los pacientes con cáncer son todavía desconocidas. “Los datos sobre la respuesta humoral o celular a la vacunación son escasos en pacientes con cáncer, por lo que aún no sabemos si el grado de inmunidad que adquieren, es decir la protección frente a la infección, es la misma que en las personas sanas”, indica Garrido.
Eso sí, dado su compromiso inmunitario y fragilidad, los expertos reclaman un seguimiento en los registros y ensayos clínicos específicos, así como una evaluación de los posibles eventos adversos.
A día de hoy tampoco se cuenta con suficientes datos para evaluar las interacciones entre los diversos tratamientos oncológicos con la vacunación de la COVID-19. No obstante, puesto que la vacuna parece proporcionar un mayor nivel de anticuerpos neutralizantes que la infección natural, se recomienda la inmunización en pacientes que reciben quimioterapia.
A pesar de las vacunas, las medidas de distanciamiento físico, mascarillas, desinfectantes e higiene seguirán siendo necesarias durante la pandemia y, sin duda, deben acompañar a las estrategias de vacunación
Según FACME, “no debe modificarse la pauta de quimioterapia a causa de la vacunación y tampoco existe evidencia para recomendar un momento especial en el contexto de este tratamiento. En todo caso, sería razonable administrarla en un punto medio del intervalo entre dosis o ciclos de aquellos medicamentos que puedan disminuir el desarrollo de la respuesta inmunitaria”. Tampoco se requiere ninguna modificación en los pacientes que están realizando un tratamiento con radioterapia.
“Respecto a la inmunoterapia con los fármacos denominados inhibidores de los puntos de control inmunológicos (fármacos inhibidores PD-1, PDL1 y CTLA4), no hay evidencia de que estos fármacos aumenten los efectos secundarios o las complicaciones de cualquier vacuna”, puntualiza la experta española. “Sabemos que los pacientes que se infectan mientras están recibiendo este tipo de fármacos pueden tener más complicaciones por coronavirus, por lo que se recomienda la vacunación también en este grupo”.
Sin embargo, a pesar de la mejora en la inmunización de las personas con cáncer los oncólogos insisten: distanciamiento físico, mascarillas, desinfectantes e higiene son medidas que seguirán siendo necesarias durante la pandemia y, sin duda, deben acompañar a las estrategias de vacunación.
Tomado de: Al Día, Noticias de Salud