La mayoría de las muertes por la COVID-19, a nivel global, se han dado en países, donde muchas personas son obesas, con tasas de mortalidad diez veces mayores en naciones en las que al menos el 50 % de los adultos tiene sobrepeso, mostró un estudio global. El reporte, que describió una correlación «dramática» entre las muertes por la COVID-19 y las tasas de obesidad de los países, reveló que un 90 % de las muertes por la pandemia, hasta el momento, o 2,2 millones de 2,5 millones, se dieron en países con altos niveles de obesidad.
El estudio analizó las cifras de muertes por la COVID-19 de la Universidad Johns Hopkins en EE. UU. y los datos del Observatorio de Salud Global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre obesidad. Sorprendentemente, dijeron los autores, no hay ningún ejemplo de un país donde las personas generalmente no tengan sobrepeso ni sean obesas y tengan altas tasas de mortalidad por la COVID-19.
«Mire a países como Japón y Corea del Sur, donde tienen niveles muy bajos de muertes por la COVID-19, así como niveles muy bajos de obesidad en adultos», dijo Tim Lobstein, asesor de la Federación Mundial de Obesidad (FMO) y profesor visitante en la Universidad de Sídney, Australia, quien codirigió el informe.
«Ellos han dado prioridad a la Salud Pública en una variedad de medidas, incluido el peso de la población, y ha rendido frutos en la pandemia», agregó.
Por el contrario, el informe encontró que en EE. UU. y Reino Unido, por ejemplo, tanto las tasas de mortalidad por la COVID-19 como los niveles de obesidad se encontraban entre los más altos.
Reino Unido tiene la tercera tasa de mortalidad por coronavirus más alta del mundo y la cuarta tasa de obesidad más alta: 184 muertes por la COVID-19 por cada 100 000 habitantes y el 63,7 % de los adultos con sobrepeso, según datos de la oms, seguido de EE. UU. , con 152,49 muertes por la COVID-19 por cada 100 000 habitantes y un 67,9 % de adultos con sobrepeso. John Wilding, profesor de Medicina en la Universidad de Liverpool y presidente de la FMO, dijo que la obesidad debe reconocerse como un riesgo para la salud por la COVID-19 y debe considerarse en los planes de vacunación.
Tomado de: Red Cubana de la Ciencia