Si bien la esperanza de la ciencia cubana por triunfar contra la COVID-19 pareciera centrarse en el notable avance de los estudios del candidato vacunal Soberana 02, lo cierto es que las investigaciones para demostrar la seguridad e inmunogenicidad de la posible vacuna Soberana 01 también dan pasos firmes.
El doctor Rolando Ochoa Azze, investigador titular del Instituto Finlay de Vacunas, centro desarrollador de ambos candidatos, explicó que, luego de que concluyera, en diciembre de 2020, el análisis de las cinco formulaciones pertenecientes a la familia de Soberana 01, su variante menos compleja y más segura está siendo probada en un ensayo clínico desde este 16 de enero.
Argumentó que la vacunación se realizó en convalecientes de la enfermedad, quienes presentan bajos niveles de anticuerpos neutralizantes y, por tanto, pueden ser susceptibles a la reinfección.
Los 30 voluntarios (entre 19 y 59 años de edad) seleccionados para la prueba, que tiene su sitio clínico en el Instituto de Hematología e Inmunología, en La Habana, tuvieron un cuadro clínico leve o fueron asintomáticos, y resultaron positivos a los estudios de anticuerpos.
El doctor Arturo Chang Monteagudo, investigador principal del estudio que se extiende por 28 días, explicó que, aunque lo convencional en los ensayos de fase I es que se escojan personas sanas y jóvenes, la diferencia con este es que, al trabajar con una población que ya estuvo en contacto con el virus, permitió incluir voluntarios con alguna patología crónica, pero que estén compensados.
Una segunda premisa se relaciona con que los porcentajes de inhibición de los anticuerpos contra el SARS-COV-2 sean relativamente bajos, es decir, que la persona no haya quedado con inmunidad contra el virus. «Lo más importante es proteger a este sector de la población que, aunque rebasó el contagio, puede volver a infectarse y desarrollar la enfermedad. Por esa razón, este ensayo constituye una novedad en todo el mundo, ya que las investigaciones se han centrado en el sector poblacional que no ha enfermado», aclaró.
Informó que no hay ningún evento adverso grave, y explicó que administrar la vacuna una sola vez se debe a que los voluntarios ya han sido vacunados de forma natural por haber estado en contacto con el virus. Por tanto, la dosis única funciona como un refuerzo o recordatorio a la inmunidad del individuo.
Tomado de: Red Cubana de la Ciencia