Cuando el 19 de julio de 2016 el doctor Yanoski Urgelles puso un pie en Santa María das Barreiras, un municipio del estado brasileño de Pará, solo llevaba la experiencia de su misión anterior en Venezuela, los desvelos del trabajo como médico de la familia en el área Sur de la cabecera espirituana y las fotos de sus hijos.
Desde entonces ha sobrevivido a nostalgias, ha salvado a muchos y ha añadido a su currículo un montón de casos que han puesto a prueba su pericia médica. Podría rememorar tal vez el día en que lo llamaron porque aquel treintañero muchacho se había cortado una pierna con una motosierra y ante la imposibilidad de recibirlo en un hospital, él mismo tuvo que suturar, contener hemorragias y salvar.
“Otra experiencia —revela en exclusiva a Escambray— fue la mordida de una serpiente llamada Jaracusu en un paciente de unos 40 años. Había pasado mucho tiempo desde la mordida y llegó gritando de dolor, ciego y con hemorragia por todas las mucosas, pues su sangre no coagulaba y tenía creatinina alta que suponía un daño renal importante. Después de aplicar el suero antiofídico y otros remedios de soporte lo enviamos al hospital.
“Un mes después llegó el paciente para agradecer. Estaba con paraparesia, pero vivo; luego resolvió con fisioterapia. Digo nosotros, porque nada de esto fuera posible sin el apoyo de los enfermeros brasileños tan bien preparados”. Leer más
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