Dulce María Loynaz, una cubana ha tener en cuenta

Dulce María Loynaz ocupa sitio de honor entre los poetas, recibió el Premio Cervantes en 1992. Ese mismo año vio la luz Fe de vida, su última obra, entregada al amigo Aldo Martínez Malo, con la condición de que solo se conociera cuando hubiese cumplido 90 años, o después de su muerte. Fue publicada por Ediciones Hnos. Loynaz, en ocasión de celebrarse en Pinar del Río, el I Encuentro Iberoamericano sobre su vida y obra, donde se le rinde homenaje por el premio obtenido y por sus 90 años. Preside la entrega de premios del Concurso “Hnos. Loynaz” en la capital pinareña. El Gobierno de Ciudad de La Habana le otorga La Giraldilla, distinción que se concede a personalidades ilustres. La Federación de Mujeres del Caribe le entrega una estatua por considerarla una de las escritoras más importantes del siglo xx. Fue Premio Nacional de la Crítica por su libro Poemas náufragos

e ella han escrito muchas personalidades de la cultura…

 F
“Autenticidad expresiva, sentido humanista, esencias nacionales, son categorías firmemente vinculadas a una obra que, por objetividad y fuerza de sus valores, está llamada a crecer inexorablemente en su irradiación presente y futura.” Eugenio Florit

César López
“Decir Dulce María Loynaz – para salirnos del ámbito acechante de un feminismo que muy poco tiene que ver con el duende de la feminidad – equivale ya en la balanza del oído de nuestro corazón, a decir también José Jacinto Milanés o Juan Clemente Zenea o Julián del Casal. El peso de su levitación poética los equivale. Sin que apenas fuese advertida, y ello en gran parte por su vocación de relieve en la ausencia, pasó su palabra la prueba de fuego y ceniza de las circunstancias, las generaciones y las polémicas, sin mustiársele el pétalo de una sílaba, y ahora podemos verla tranquilamente instalada, sonriéndonos sin más orgullo que modestia, en el Parnaso de los padres y madres de nuestra poesía.” César López
Gabriela Mistral
“Para mí, leer Jardín ha sido el mejor «repaso» de idioma Español que he hecho en mucho tiempo (…) los Poemas sin Nombre son puras condensaciones de poesía, el puro hueso del asunto.” Gabriela Mistral

 

En la madrugada del 27 de abril fallece, víctima de un cáncer, en su residencia del Vedado.