Abramos la puerta a Cuba y a su prometedor tratamiento contra la diabetes
17 de marzo de 2016
En vísperas del viaje del Presidente Obama el domingo, continúan los debates acerca de qué significa una real relación con Cuba. ¿Debe levantarse el embargo? ¿Debe Estados Unidos cerrar la Base de Guantánamo? ¿Cómo debe manejarse el tema de los derechos humanos?
Para algunos, estás son preguntas sencillas con respuestas igualmente sencillas, pero la verdad es que no existe un consenso en Estados Unidos acerca de cómo avanzar. Así que, aquí les va una idea: Mientras todas estas políticas siguen discutiéndose, vamos a por algo que beneficie a todas las partes – establecer una cooperación en salud para que las innovaciones que salvan vidas en cada país estén a disposición del otro.
Poderes destructivos del embargo
El Presidente Obama puede regresar de Cuba con un regalo para los diabéticos, los pacientes de cáncer y sus médicos – todo esto simplemente firmando algunas órdenes ejecutivas. Puede brindarnos la oportunidad de realizar nosotros mismos los ensayos clínicos de importantes medicinas cubanas rehenes de la batalla política, incluyendo un prometedor tratamiento para las úlceras de pie diabético que ayuda a evitar la amputación y una vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón que prolonga la vida.
Solo durante el último año, firmas biotecnológicas y centros de investigación de Estados Unidos han desfilado por La Habana deseosos de colaborar con colegas cubanos y probar los avances en la prevención de enfermedades y en tratamientos como estos.
Pero entonces ellos se topan con un callejón sin salida o se ven asfixiados por una burocracia interminable: el embargo a Cuba.
Cuando se trata de innovaciones provenientes de Cuba, resulta que la misma agencia que recauda tus impuestos, el Departamento del Tesoro, tiene la autoridad de decidir qué medicinas al final tu médico puede recetarte.
Actualmente, cada compañía, centro de investigación, proyecto o persona debe solicitar una licencia individual al Departamento del Tesoro para cada proyecto (y, con frecuencia, también licencias al Departamento de Comercio). El proceso toma meses y, a veces, incluso años. Con la apertura hacia Cuba, irónicamente, las solicitudes se están acumulando más que nunca.
La industria biotecnológica cubana es ahora una de las “tres grandes” del Sur Global, junto con las de Brasil y la India. Sus 38 empresas emplean cerca de 22 000 trabajadores, cuentan con 1793 patentes en todo el mundo y exportan a más de 30 países.
En el último año, los productos biotecnológicos cubanos, tales CimaVax, la vacuna terapéutica para el cáncer de pulmón, y Heberprot-P, la medicina para la úlcera de pie diabético, han sido titulares en los medios. Los estudios con el Heberprot-P han mostrado que reduce el riesgo de amputación en un impresionante 70%. Anualmente, más de 70 000 diabéticos norteamericanos pierden un pie o una pierna; la mitad de estos amputados por úlcera de pie diabético morirá dentro de cinco años posterior a la pérdida de sus extremidades.
Obama debe actuar
Pero el Heberprot-P se vio envuelto en un mecanismo diabólico, con el Departamento del Tesoro aprobando ensayos clínicos de gran envergadura en Estados Unidos, pero negándose a decir si el medicamento podía ser comercializado en caso que la FDA lo aprobara. Naturalmente, los multimillonarios ensayos aquí se estancaron y la inversión de la compañía cayó en la incertidumbre.
CimaVax ha tenido un poco más de suerte, con el Roswell Park Cancer Institute en Buffalo, N.Y, recibiendo luz verde inicial para las primeras fases de ensayos, las menos costosas. Pero al final, sus investigadores se toparán con el mismo muro.
En todos estos casos, el Presidente Obama tiene la autoridad de cambiar las reglas —inmediatamente — mediante orden ejecutiva. Y esto es exactamente lo que debe hacer: levantar rápidamente las restricciones que bloquean nuestro acceso a innovaciones y colaboraciones que pueden salvar vidas.
Tal ampliación de su política de apertura — y de su legado presidencial — es una ganancia para todos en ambos países.
Gail A. Reed es co-fundadora de Medical Education Cooperation with Cuba (MEDICC), organización sin fines de lucro radicada en Oakland [California] y editora ejecutiva de su revista arbitrada MEDICC Review. Para comentar, envié su carta al editor a www.sfgate.com/submissions.
Por Gail A. Reed / MEDICC Review
Let’s open the door to Cuba and its promising diabetes treatments
March 17, 2016
The debates about what constitutes a real relationship with Cuba continue on the eve of President Obama’s trip Sunday. Should the embargo be lifted? Should the U.S. close its base at Guantanamo? How should human rights be addressed?
For some, these are simple questions with simple answers, but the truth is there is no consensus in the United States about moving forward. So, here’s an idea: While those policies are hashed out, let’s go for a win for all sides — establishing cooperation in health so that life-saving innovations in each country are made available to the other.
Embargo’s destructiveness
President Obama can return from Cuba with a present for diabetics, cancer patients and their doctors — all with a few signatures on executive orders. He can bring us the opportunity to test for ourselves vital Cuban medicines held hostage to political wrangling, including a promising treatment for diabetic foot ulcers that helps stave off amputation and a therapeutic lung cancer vaccine that prolongs life.
Over the past year alone, U.S. biotech firms and research centers have streamed through Havana, keen to team up with Cuban colleagues to generate and test breakthroughs in disease prevention and treatment like these.
But then they hit a dead end or are asphyxiated by endless red tape: the embargo on Cuba.
When it comes to innovations from Cuba, it turns out that the same agency that collects your taxes, the Department of the Treasury, has the authority to decide what medicines your doctor eventually can prescribe for you.
Currently, every company, research center, project or person must apply for an individual Treasury license for each project (and, often, Commerce Department licenses as well). The process takes months and sometimes even years. With the opening to Cuba, ironically, the applications are piling up higher than ever.
The Cuban biotech industry is now one of the Global South’s “big three,” along with Brazil and India. Its 38 enterprises employ some 22,000 workers, hold 1,793 patents globally and export to more than 30 countries.
In the last year, Cuban biotech products, such as the CimaVax therapeutic lung cancer vaccine and the diabetic foot ulcer medication Heberprot-P, have produced headlines. Studies with Heberprot have shown it to reduce relative amputation risk by an impressive 70 percent. More than 70,000 American diabetics lose a foot or a leg annually; half of diabetic foot ulcer amputees in our country will die within five years of losing their limbs.
Obama should take action
But Heberprot-P got caught in a licensing catch-22, with Treasury approving large clinical trials in the United States but refusing to say whether the medication could be marketed if the Food and Drug Administration approved it. Naturally, the multimillion-dollar trials here stalled and the company’s investment remains uncertain.
CimaVax has met a somewhat better fate, with Roswell Park Cancer Institute in Buffalo, N.Y., receiving an initial green light for earlier stage, less expensive trials. But their researchers will eventually hit the same wall.
In these cases, President Obama has the authority to change the rules — immediately — through an executive order. And that’s exactly what he should do: Swiftly lift restrictions on our access to innovations and partnerships that could save lives.
Such an extension of his policy opening — and his presidential legacy — is a win-win for everyone in both countries
Gail A. Reed is co-founder of the Oakland nonprofit Medical Education Cooperation with Cuba (MEDICC) and executive editor of its peer-reviewed journal MEDICC Review. To comment, submit your letter to the editor at www.sfgate.com/submissions.
Lic. Annet Sánchez / MEDICC Review
http://www.sfchronicle.com/opinion/article/Let-s-open-the-door-to-Cuba-and-its-promising-6921055.php
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