En una biblioteca, es más común referirse a las personas que utilizan sus servicios como “usuarios” en lugar de “clientes”.
Según el Diccionario panhispánico de dudas, un cliente es una persona que utiliza los servicios de un profesional o una empresa. En el caso de una biblioteca, las personas que utilizan sus servicios no están comprando un producto o servicio, sino que están utilizando un recurso público. Por lo tanto, es más apropiado referirse a ellos como “usuarios” en lugar de “clientes”.