Profesor Ricardo González Menéndez: personalidad emblemática de la psiquiatría cubana y universal
Dentro de unos días, exactamente el primero de octubre, se conmemora el tercer aniversario del lamentable deceso del Dr. Sc. Ricardo Ángel González Menéndez (1936-2021), profesor titular y consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, quien falleciera como consecuencia de la COVID-19, y fuera mi querido colega y amigo del alma.
Conocí al profesor González Menéndez en 1977; fecha en que integró el cuerpo facultativo del Hospital Psiquiátrico de La Habana, que —en aquel entonces— dirigía el doctor Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé (1921-2006), Comandante del Ejército Rebelde.
Si bien nuestra relación —en un principio— solo fue de índole estrictamente profesional, con el discurrir del tiempo, y a través de su esposa, la doctora Isabel de los Ángeles Donaire Calabuch, ese vínculo se fue convirtiendo —«como llega cojeando la verdad de la mano del tiempo», según el pensador heleno Annon— en una relación de tipo afectivo-espiritual, que se mantuvo incólume hasta que se produjo el lamentable deceso del eminente psiquiatra y prolífico escritor.
La trayectoria científico-literaria y periodística de tan ilustre personalidad de las ciencias médicas incluye más de treinta libros publicados por editoriales cubanas y foráneas —muchos de ellos reseñados por este cronista en la Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana (medio de prensa del que fuera editor hasta poco tiempo antes de su desaparición física) — e infinidad de artículos divulgados en revistas biomédicas insulares y extranjeras.
El punto focal o eje central de su producción intelectual y espiritual era el soberano de la creación, percibido por el doctor González Menéndez como una unidad bio-psico-socio-cultural y espiritual indivisible, mientras que su preocupación fundamental consistía en optimizar la calidad de vida del paciente con afecciones neuro-psíquicas o con algún tipo de toxicomanía (alcoholismo, drogodependencia u otras).
Tanto en las páginas de los libros que diera a la estampa, como en las revistas especializadas con las cuales colaboraba de forma sistemática, el profesor González Menéndez reflejaba su experiencia —«ancha y lejana, como la pampa argentina»— acumulada en algo más de medio siglo de entrega en cuerpo, mente y alma al tratamiento a pacientes con alcoholismo u otras adicciones en disímiles países del orbe.
En la vasta obra editorial que vio la luz de la publicidad, el doctor González Menéndez describe la historia del paciente con toxicomanías, el deterioro físico y emocional que lo acompaña, así como la recuperación bio-psico-socio-cultural y espiritual (principal meta que el paciente debía alcanzar); y emplea para ello un estilo novelado y un enfoque ético-humanista por excelencia. Estilo que utiliza —con inteligencia global y emocional— para transmitir conocimientos conceptuales y teórico-metodológicos, así como vivencias adquiridas en el ejercicio hipocrático, y que resulta —sin duda alguna— atractivo y muy diferente al empleado en los textos convencionales dedicados a esos escabrosos temas, que el doctor González Menéndez convertía en florecientes «jardines de esperanza».
Recibió múltiples condecoraciones a lo largo de su exitosa carrera profesional (incluye la docencia médica superior, pre y posgraduada, así como la investigación científica), y sobre todo, permanentes reconocimientos de sus discípulos, colegas y amigos del alma, quienes lo identifican como «maestro de maestros» por su percepción de la medicina como fuente inagotable de ética, humanismo y espiritualidad.
Entre esas distinciones, habría que destacar las siguientes: Presidente de la Comisión Nacional de Ética Médica, Miembro del Tribunal Nacional de Grados Científicos en especialidades clínicas, Presidente de la Sociedad Cubana de Psiquiatría, Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de Honor de varias asociaciones psiquiátricas de América Latina y el Caribe, profesor consultante del Hospital «Víctor Larco Herrera», de Perú, profesor honorario de la Universidad Autónoma de República Dominicana.
Profesor visitante de la Universidad «Caetano Heredia», de Perú, profesor honorario del Instituto de Psiquiatras de Lengua Española (IPLE), miembro del Grupo de Redacción de la revista española Adicciones. Miembro del Grupo Nacional de Psiquiatría, miembro de la Comisión Nacional de Salud Mental y miembro de la Comisión Nacional para la prevención y uso indebido de drogas.
¡Gloria eterna al alma noble y buena del profesor Ricardo González Menéndez, quien ya puede mostrar al cielo —con legítimo orgullo— su obra intelectual y espiritual acabada!