Por: Ing. Omar Ríos González
Tocó al Comandante Rebelde Dr. Gilberto Cervantes la responsabilidad de la atención a la Cruz Roja Cubana al principio de la revolución. Entonces la Comandancia General de esta institución estaba en Ánimas 461 en la capital. En el mismo año 1959 comenzó la labor de institucionalización de la Cruz Roja a nivel nacional en este nuevo entorno revolucionario, ya que como Cruz Roja, la organización existió en la pseudo república desde el 1909.
Conociendo de antemano a Segundo Rodríguez Enríquez, del MR-26/7 de Bauta, en sus encuentros en el antiguo Palacio Presidencial, le dio la tarea de organizar en Bauta, Punta Brava y Santa Fé, las filiales correspondientes, supeditadas a Bauta como municipio cabecera. Esto constituyó un reto, pues Segundo se desempeñaba como administrador de La Conaca y el trabajo en la Cruz Roja era totalmente de carácter voluntario. La financiación de esta entidad, se cubría por el aporte de Socios Protectores de las Cruz Roja, que abonaban mensualmente dinero en base a sellos de varias denominaciones: 50 centavos, un peso, etc.
Así, a finales de 1959 ya se contaba con una casa en el reparto bautense de Nuevo Vedado en 132 No. 24710, luego tuvieron otra en 160 No. 24902 y por último pasaron a la Casa de Socorros en lo que es hoy 251 No. 15607. Allí prepararon una nave al fondo y procuraron algunos vehículos que convirtieron en ambulancias, además de usar la antigua que poseía la Casa de Socorros. Uniformes, algunos útiles etc. fueron dotados por la Comandancia Central, pero en muchos casos tuvieron que ser buscados por los propios compañeros.
De esta forma, la Cruz Roja de Bauta quedó conformada por los siguientes miembros:
Segundo Rodríguez como jefe, Ismael Núñez como su segundo al mando, impartiendo las clases de primeros auxilios María Pura Castañón junto con su hijo Guillermo de la Paz, los hermanos Ernesto e Ireno Benítez como choferes, Nieves de la C. Hernández quien fungía de auxiliar de limpieza, Ricardo Delgado, Aurora Ravelo, Doraida González, Herminia Montesinos, Miriam Matos, los hermanos Juan y Miguel Díaz Machado, Manuel Viera, Osvaldo Ventura, las hermanas Elsa -telefonista-, Aida -mecanógrafa-, Marina y Nelda Rodríguez, Mario Luis Pacheco, Noelia Pereira, Papolo Díaz Marrero, Farah Ortega, José Cañete, Gilberto Morales, Francisco González, Fidel González, Justo Calixto Plasencia, Raúl Concepción, Pedro Alpizar, Israel Recino, Luis y Rodobaldo Fidalgo, Zenaida, Diego y Juan Antonio Rodríguez, Zoilo Sánchez, Elio León, Ramón Espinosa, Juan Esperón, Zenaida Echevarría, Raúl y Valentín Expósito, Ayda Vitores, Angel Vázquez Beltrán, Santiago Arbola, Ana Saroza, Elio Musibay, “Muñeca” y otros. Años después de la Crisis de Octubre, cuando la Cruz Roja pasó a ser dirigida y financiada por el Estado, se incorporaron otros compañeros provenientes de las FAR, etc., como Graciliano Cabrera.
Con parte de este grupo se instituyó en 1960 una Compañía Sanitaria de Combate a iniciativas de Segundo Rodríguez, que pasó una escuela político militar en El Chico. Un grupo de compañeros de esta compañía participó en la lucha contra bandidos en El Escambray y otro pasó a cubrir la demanda de atención a los primeros brigadistas de la alfabetización que se preparaban en Varadero en 1961. Una vez que se originó el ataque a Girón, por indicaciones del propio Segundo Rodríguez, pasa a territorio de combate parte de la compañía, pero en esta ocasión acuden al territorio de los combates aquellos compañeros que no habían participado en la limpia de El Escambray, para poder seguir atendiendo a los brigadistas.
Múltiples tareas de carácter social desarrolló la Cruz Roja bautense, incluyendo la recaudación de fondos para la Liga Contra la Ceguera o la del Cáncer, que en aquellos tiempos tributaba voluntariamente la población. Movilizaciones a la Plaza de la Revolución, cuidado de playas y otras.
Esta fue la génesis de la Cruz Roja de Bauta que tantos lauros cosechó desde entonces a nivel nacional e internacional.