Las nuevas mutaciones y variantes del SARS-CoV-2 son hoy de los factores de mayor preocupación para la ciencia y los sistemas sanitarios, pues condicionan la complejidad de la situación epidemiológica que vive el mundo. Estamos ante un virus que cambia constantemente y se ha vuelto cada vez más transmisible.
Lo hemos reiterado en diversas ocasiones: ello representa una alerta también para Cuba, donde el actual contexto epidémico de la COVID-19 está marcado por la alta transmisión y dispersión de la enfermedad, así como el aumento de casos graves, críticos y fallecidos, una realidad en la cual la variante Delta del coronavirus ha incidido notablemente.
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