Un 30 de mayo de 1920, nació en San Cristóbal, el profesor Dr. Alberto Hernández Cañero. Este 2020, cumpliría 100 años.Desde muy temprana edad se trasladó a La Habana para cursar estudios preparatorios, bachillerato y la carrera de medicina. Como estudiante de medicina realizó prácticas en la consulta de cardiología del Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, donde aprendió a auscultar y a interpretar el lenguaje del corazón, que lo llevaría a establecer una larga relación de amor y entrega a la especialidad.
Al triunfo de la Revolución ocurre un éxodo masivo de médicos, pero nuestro Profe Cañero como todos lo llamaban echo raíces en nuestra patria y desde entonces estuvo presente en múltiples tareas como la creación de la especialidad en 1962 y del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular en 1966. Desde entonces comenzó una carrera asistencial, docente e investigativa que mantuvo hasta el final de sus días y que lo llevaron a recibir múltiples condecoraciones entre las que se destacan Cardiólogo Distinguido del Área Centroamericana y del Caribe y la de Héroe Nacional de Trabajo de la República de Cuba.
En su larga vida mantuvo excelentes relaciones con sus compañeros de trabajos y alumnos. El profe enseñó todo lo que sabía y lo hizo con gusto. Siempre preguntaba con modestia las opiniones de sus colegas con respecto a diagnósticos o terapéuticas en pacientes, discutía y escuchaba las consideraciones de artículos e investigaciones novedosas con la curiosidad propia de los que saben que el conocimiento es infinito y solo es posible alcanzarlo con esfuerzo y trabajo en equipo.
Tanto quiso al centro al cual dedicó su vida, que decidió quedarse en él por siempre. Sus enseñanzas, espíritu de trabajo y abnegación a la Cardiología continúan presentes en el instituto y en cada profesional, técnico, obrero o trabajador de servicios que tuvo el privilegio de conocerlo.
Por todo ello no podemos dejar de recordar al Padre de la Cardiología Cubana en su centenario.
Honor a quien honor merece.