Llamados a mantener el aislamiento social para evitar la propagación del nuevo coronavirus, los cubanos celebrarán el Día del Proletariado Mundial desde sus hogares.
No será este un Primero de Mayo de madrugadas adelantadas, de cubanos que amanecen caminando por calles y avenidas con sus hijos en una mano y, en la otra, las banderas de la fiesta proletaria hasta desembocar en las principales plazas del país. No será este el Primero de Mayo de las grandes concentraciones, de las grandes marchas.
La emergencia internacional que ha provocado el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 aconseja una celebración más íntima, pero —eso sí— no menos contundente: por primera vez en 60 años de Revolución los trabajadores cubanos celebrarán el Día del Proletariado Mundial sin salir de sus casas, observando cuidadosamente las medidas higiénicas y de aislamiento social que han demostrado ser eficaces para coartar las cadenas de contagios de la COVID-19.
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