Hace cinco años, cuando se inició el Programa Más Médicos para Brasil, no imaginábamos que enfrentaríamos las circunstancias que nos condujeron hoy a estar aquí.
Les damos una calurosa bienvenida a la Patria, aunque en realidad ustedes nunca se fueron, sino que se llevaron a Cuba consigo hasta los rincones más apartados de Brasil, hasta el nordeste árido y pobre, hasta la selva amazónica y hasta el interior de las barriadas satélites que esconden la miseria en las grandes ciudades.
Ahora regresan enriquecidos con el cariño y la admiración del pueblo brasileño; el mismo que ustedes supieron ganarse desde el primer día, con su humanismo, sencillez y profesionalidad.
Los médicos cubanos siempre hemos estado al lado del deber, aún en las circunstancias más complejas: en crisis políticas, en golpes de Estado, en invasiones militares extranjeras, terremotos, huracanes, en epidemias temibles como el Ébola y en los lugares más agrestes del planeta, pero siempre sobre la base del respeto y el reconocimiento.