En la mañana del domingo 17 de enero de 2016 dejó de latir el generoso y apasionado corazón de quien realizara en 1985, el primer trasplante de corazón en Cuba.
Reciban sus familiares y amigos nuestras condolencias.
Sociedad Cubana de Cardiología
Graduado de médico en 1954, su dedicación a la profesión y a la especialidad no le impidió cumplir con lo que entendió como su deber patriótico: la lucha contra la dictadura batistiana. Como miembro de una célula del Movimiento 26 de Julio, participó en actividades clandestinas y cooperó con otras organizaciones revolucionarias, en particular con el Directorio Revolucionario 13 de marzo, por sus estrechos vínculos con José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez y otros compañeros.
Al triunfo de la Revolución, continuó sus prácticas de Cirugía en diferentes Hospitales de la capital y unidas a sus actividades profesionales y docentes, estaban también presentes en su diario quehacer las actividades de consolidación de la Revolución, por lo que fue fundador de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURSC), devenido luego Partido Comunista de Cuba (PCC), en el que militó activamente mientras su salud se lo permitió.
Después de la invasión de Playa Girón, el país se quedó sin ningún grupo que practicara la cirugía cardiovascular, a consecuencia del éxodo de médicos que tuvo lugar. Por encargo del Ministro de Salud Pública, inició la reorganización de la cirugía cardiovascular en el país, en el Hospital Comandante Manuel Fajardo, donde fue director y en 1966, se constituyó el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular en el propio Hospital, trasladándose luego al edificio que ocupa actualmente.
En noviembre de 1984 se creó el servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital “Hermanos Ameijeiras” bajo su dirección. Un año más tarde, el 9 de diciembre de 1985, la prensa nacional a internacional daba a conocer a Cuba y al mundo que se acababa de realizar un trasplante de corazón al obrero Jorge Hernández Ocaña, de 31 años de edad, convirtiéndose en el primer cubano que recibía un corazón de otro ser humano.
A lo largo de su vida profesional participó en eventos nacionales y extranjeros y publicó artículos en revistas nacionales y extranjeras.
Por sus extraordinarios méritos como profesional, docente, investigador y militante revolucionario, recibió numerosos reconocimientos, entre los que destacan: Miembro de Honor de la Sociedad Dominicana de Cardiología, Miembro de la New York Academy of Sciences, Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba, Presidente de la Comisión de Ética de la Ciencia y Presidente del Comité Nacional Cubano de Bioética, adscripto a la Academia y Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.
Hoy, al despedir al inolvidable Profesor Julio Noel González Jiménez, no es posible dejar de recordar que este ser humano extraordinario poseyó las virtudes que él mismo admirara en sus compañeros de profesión: el respeto a sí mismo, a los pacientes y a los compañeros de labor, la pasión por la excelencia y una rigurosa disciplina en el trabajo.
¡Gracias, Profesor, por su entrega apasionada a su profesión, a su especialidad y a sus sueños revolucionarios de justicia social!
A su amante y amada familia, a sus compañeros y amigos, lleguen nuestras más sentidas condolencias.
Colaboración: Profesora Consultante María del Carmen Amaro Cano
Vice-Presidenta Sociedad Cubana de Historia de la Medicina