Con el objetivo de lograr satisfacer las necesidades mediante el uso sistemático y masivo de las tecnologías en la vida cotidiana, el gobierno cubano contempla entre sus prioridades avanzar en la informatización de la sociedad cubana.
Hace algunos años, la Primera Conferencia Nacional del Partido se trazó como uno de sus objetivos aprovechar las ventajas de las tecnologías de la información y las comunicaciones, como herramientas para el desarrollo del conocimiento, la economía y la actividad político e ideológica; exponer la imagen de Cuba y su verdad, así como combatir las acciones de subversión contra nuestro país.
Como parte de este proceso, surge un proyecto que no tiene antecedentes en el país. Sobre la nueva generación de tabletas y laptops ensambladas en La Habana, Fernando Fernández, Jefe de esta iniciativa conversa con Granma Internacional.
—¿Cómo surge este programa?
—Surge como uno de los proyectos de desarrollo que tiene el Grupo de la Electrónica para potenciar las aspiraciones de la Revolución con respecto a la informatización segura de la sociedad cubana. A partir de ahí se firmaron acuerdos de trabajo y cooperación con la empresa china Haier y con la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), con esta última para el desarrollo de todas las aplicaciones y software que potencien una mayor integración y un mayor valor agregado a los productos que se iban a crear. Ya tendríamos entonces un hardware escogido con un software producido nacionalmente.
— ¿Cuál es el papel de cada una de las empresas que intervienen en el proyecto?
—En el acuerdo, Haier sería la encargada de proveer toda la materia prima para los primeros años de producción además de la tecnología, es decir, la línea de producción, con local de certificación de prueba y el aseguramiento en general. A su vez es la encargada de la capacitación el saber hacer de todo el proyecto y el proceso productivo.
«La UCI crearía todo el software y las aplicaciones, tanto para los sistemas operativos NOVA (en el caso de las laptops) y NOVADROID (con respecto a las tabletas), así como aplicaciones propias del proceso productivo, es decir, el software de los controles de número de serie para la trazabilidad del producto final.
«La Empresa Industrial para la Informática, las Comunicaciones y la Electrónica (GEDEME) tendría toda la responsabilidad de la cadena productiva y la comercialización, en una primera etapa mayorista, fundamentalmente a través de Corporación Productora y Exportadora de Tecnología Electrónica (Copextel), Cuba Electrónica y organismos y entidades estatales».
— ¿Qué características tiene la fábrica?
—Este fue un proyecto bastante riguroso en el cual nosotros visitamos las instalaciones chinas donde se hace este tipo de producción, y la línea que adquirimos es muy competitiva a los estándares internacionales, es muy maleable, es decir, se puede utilizar para la producción de cualquier equipo electrónico de alta tecnología, exceptuando los servidores que llevan otro tipo de tecnología.
— ¿Qué aspiraciones se propone la fábrica?
—Hoy tenemos una capacidad productiva de 120 mil equipos anuales, dígase laptops o tabletas, donde hacemos 500 equipos diarios, aproximadamente, y tenemos 80 trabajadores como plantilla máxima.
«Nuestras aspiraciones son poder continuar y poder cubrir esa capacidad productiva y entregar esas cantidades al mercado. Hoy está limitado por el nivel adquisitivo con el que cuenta el país, pero la capacidad y la capacitación están disponible, y el personal está listo».
— ¿Cuál es su estrategia de ventas?
—En una primera etapa nos incorporamos a los proyectos de distribución nacional, a las cadenas mayoristas, fundamentalmente a Copextel y Cuba Electrónica, y va a estar dedicada a las entidades nacionales, para otro tipo de mercado habría que crear otras condiciones.
— ¿Cuál sería el precio de las tabletas y laptops?
—Depende del precio de adquisición de la materia prima, importada completamente, que nos la proporciona el proveedor chino a través de créditos y mecanismos financieros que tiene el país.
«Pero se prevé que a partir del año 2018 se comiencen a producir aquí en Cuba las materias primas de embalaje: cajas de cartón, nylons, poly espuma, soportes anti choques».
— ¿Qué características tienen los productos?
—Son productos comerciales, no son de alto rendimiento porque son caros. Comercializamos la laptop de sexta generación en tres modelos con configuraciones diferentes: Celerones, Core i3 e i5, todas con 500 gigabyte de disco duro, cuatro gigabyte de RAM (usada como memoria de trabajo en computadoras, tabletas, teléfonos inteligentes), con todas las bondades de conectividad WIFI, BLUETOO, salida de puerto HDMI, USB 3, es decir, estándares de características técnicas similares a cualquier otro producto del mercado internacional.
«Y en el caso de las tabletas estamos comercializándolas en dos modelos fundamentales, de ocho y diez pulgadas, ambas octa-core (procesador de ocho núcleos) con dos gigabyte de memoria RAM, 16 gigabyte de almacenamiento, y en el caso de la de 10 pulgadas con accesorios como teclado y puntero óptico. Además cuenta con puerto USB, mini HDMI de salida y puede manejar hasta un terabyte de información desde un disco externo».
— ¿Cuál es la cadena productiva de la fábrica?
—El proceso cuenta con un cuarto limpio utilizado para la producción o la creación de todos los táctiles y pantallas de las laptops y tabletas. De ahí comienza el flujo productivo en líneas de producción semiautomática.
«Primero nos ocupamos de todo el ensamblaje del producto. Después el equipo baja a un cuarto de envejecimiento donde se le corren los test de prueba y de estrés a cada una de las partes y piezas durante dos o tres horas, de acuerdo con lo pactado con el cliente, y después de haber pasado esas pruebas se le realizan ensayos detallados a cada uno de los equipos. Allí se hacen aproximadamente 35 pruebas de calidad.
«Después viene la etapa de embalaje y sellado. Junto con esta línea de producción se adquirió el local de pruebas de certificación donde existen seis máquinas especializadas para hacerle pruebas tanto mecánicas como de ambiente a los componentes y a los equipos. Tenemos una máquina que se dedica a la prueba de las bisagras; otra que se dedica a probar todos los conectores USB de las tabletas y laptops; otra se especializa en la prueba de los botones de control de las tabletas. Contamos con un horno de temperatura y humedad controlada y tenemos además una cámara de espray salino que simula toda la salinidad de nuestro país.
— ¿En la actualidad con cuántos trabajadores cuentan?
—Este año tenemos una producción aproximada de 50 mil equipos, la carga de trabajadores se adecua a esa cantidad. En estos momento hay alrededor de 32 trabajadores donde la edad media ronda los 26 años, un colectivo muy joven con un proceso de selección bastante riguroso. Contratamos para esto a la Empresa Nacional de Software (Desoft) que se especializa en los procesos de selección.
«Se le hicieron pruebas sicométricas, de habilidades, de interpretación y de concentración, y escogimos los trabajadores de acuerdo con los resultados».
—¿Cuál es el comportamiento de la fábrica actualmente?
—Este taller se inauguró el día 23 de diciembre de 2016 con la participación de Miguel Díaz-Canel Bermúdez primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Hasta este momento ya están terminadas 2000 laptops las cuales están pendientes de comenzar a comercializarse en este mes, y se terminaron 1700 tabletas. En el resto del mes deben aumentar esas cifras.
— ¿Qué beneficios aporta la fábrica al país?
—Este proyecto responde al Programa de Informatización de la Sociedad Cubana, y el primer gran beneficio es proveer a nuestro país un producto más ajustado tanto al ambiente nacional como a las prestaciones. Pero el objetivo fundamental es podernos convertir en los proveedores de este tipo de equipos para el país y sustituir completamente las importaciones.