Así llaman al eclipse total de Luna que se dejó ver en la madrugada del 15 de abril. Durante tres horas y 34 minutos se interpuso la Tierra entre el Sol y la Luna, por tal motivo nuestro satélite al cual se le han dedicado miles de canciones, asumió un color rojizo.
Este raro fenómeno terrestre, los astrónomos le llaman tetraedro o tétrada y es una serie de eclipse que comenzó con este y tendrá otros tres entre el 2014 y 2015. El de este tipo que le antecedió ocurrió hace una década y no habrá otra serie como esta hasta el 2032.
Sabía que tenía un reto, congelar en imágenes el eclipse de Luna. Los objetivos con que contaba no eran los más idóneos, pero no podía dejar pasar la oportunidad. Con una cámara Canon 60D y un objetivo zoom 18-135 mm, f 3,5-5,6, y un ISO de 6400 me dispuse, desde la ventana de la sala de mi casa, a tal difícil tarea.
Durante la jornada nocturna, simultanee la tarea de la Luna con la visualización de dos películas a retazos y una novela brasilera. El momento culminante, cuando el eclipse dejó ver una esférica rojiza, duró aproximadamente una hora y quince minutos. Aquello se había como “detenido”. El sueño me quería vencer y hasta llegué a pensar que por causa de la naturaleza cualquier cosa podía suceder. Los minutos se hacían interminables hasta que a las 4 y 45 a.m. se comenzó a ver, por una parte, la huella de que la tierra seguía su movimiento. Ya era momento de decir adiós a la Luna de sangre y poner el cuerpo horizontal. Valió la pena.