Casa ¿segura?

La expresión popular lo reitera: “ni tan inevitables, ni tan accidentales”; cuando se refiere a ese hecho que la Real Academia de la Lengua Española define como “suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas”. Se trata de los accidentes, que aunque puedan entenderse como fruto de la suerte o el azar, son más causales que casuales.

Justamente los accidentes desde el año 1996 se consideran un problema de salud global, ante el cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a todos sus países miembros a adoptar medidas encaminadas a la prevención de estos.

“El hogar es el sitio donde las personas pasan gran parte de su tiempo, se comparte con la familia, amigos y vecinos; donde cada día se descansa y más seguro debemos sentirnos. Sin embargo, si no se tienen en cuenta una serie de medidas o precauciones, en ese mismo lugar pueden ocurrir situaciones desagradables que afecten a la salud y la tranquilidad familiar: un accidente”, comenta a Granma la doctora Milagros Santacruz Domínguez, especialista de Primer Grado en Pediatría y coordinadora del Programa de Prevención de Accidentes en menores de 20 años.

La especialista, también funcionaria del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública, subrayó que las lesiones no intencionales, como también se les denomina, pueden considerarse una emergencia en salud pública y una emergencia social, debido a la elevada mortalidad, morbilidad y discapacidades que ocasionan. “Mundialmente mueren más de un millón de niños cada año a causa de lesiones por accidentes. Y Cuba no está exenta de estas estadísticas, pues después del primer año de vida, los accidentes constituyen la principal causa de las muertes de niños y adolescentes cubanos”.

Pero para lograr que el niño colabore con sus padres en la prevención de accidentes —apuntó la doctora Santacruz Domínguez— es importante que los padres o tutores desarrollen una disciplina inteligentey al mismo tiempo afectuosa.

“¿Qué ocurre con el niño sin disciplina? Si los padres le permiten hacer de todo (subirse a las ventanas, mesas, lugares peligrosos) el niño se convierte en un desobediente, por lo que estará predispuesto a sufrir algún accidente. Y en el otro extremo, ¿si el niño está excesivamente protegido? Pues igualmente será vulnerable a lesionarse. Cuando el pequeño es obsesivamente vigilado y, mediante prohibiciones, se le aparta constantemente de cualquier tipo de actividad cotidiana por temor a que le sea de peligro, con frecuencia evoluciona hacia la rebeldía y va en busca del peligro”.

La entrevistada señaló que la prevención de los accidentes en niños y adolescentes debe estar de acuerdo con el nivel de su desarrollo y maduración física, sicológica y social. “En el primer año de vida el niño va adquiriendo habilidades según su desarrollo psicomotor, las cuales lo pueden exponer a algún tipo de lesiones. Al nacer el niño/a no se vale por sí mismo, para todo depende de sus padres. Por lo tanto, hay que estar atentos cuando amamante en sacarle el aire ingerido para evitar buchaditas que pueden causarle una broncoaspiración; cuidar que no esté demasiado tapado con sabanitas sueltas para evitar una sofocación; y queda terminantemente prohibido que duerma junto con los padres o hermanos mayores para evitar la muerte por aplastamiento o colecho”.

Del mismo modo explicó que a los 5 meses, el niño puede girar de boca abajo a boca arriba, moviéndose en la cuna, por lo que hay que prever que entre los balaústres de las barandas de la cuna haya una separación menor que el tamaño de la cabeza del lactante, pues puede introducirla, trabarse y asfixiarse; otra causa de asfixia es que se estrangule con alguna cadenita que lleve en el cuello. Si se deja solo sobre una mesa o sobre la cama sin barandas, el bebé puede girar y caerse, pudiendo producirse una peligrosa contusión craneal.

“Entre los 7 y 8 meses el niño se sienta solo y puede alcanzar objetos a una altura mayor, y a los 8 meses realiza el pinzamiento entre el pulgar y el índice (la pinza digitálica) por lo cual está apto para agarrar objetos muy pequeños como un frijol, una cuenta de collar, granos; con tendencia a tragarlo o introducírselo por los oídos o por las fosas nasales, con las complicaciones de un cuerpo extraño”, sostuvo. Agregó los cuidados que deben tenerse entre los 8 y 9 meses, cuando el bebé se arrastra, gatea para alcanzar objetos, se sujeta a la baranda de la cuna y da pasos cortos. Si la baranda no es suficientemente alta, puede doblarse por encima del borde y caer de cabeza al piso.

“A partir de los 12 y 14 meses el bebé da sus primeros pasos suelto, por lo que hay que hay que ser precavidos al ponerlo en el piso, pues por curiosidad mete las manos en equipos eléctricos (ventiladores, calentador de agua, cordón eléctrico pelado) y le encanta hurgar con un clavo, una presilla de pelo, un alambrito, los tomacorrientes destapados, con el peligro de sufrir quemaduras o electrocución. También encuentra frascos con cualquier líquido y se lo lleva a la boca, pudiendo ser un tóxico o un veneno. El baño y la cocina deben ser prohibidos para que el niño entre solo. En uno puede haber vasijas con agua, o si cae en alguna fosa o cisterna destapada, queda expuesto al peligro de ahogamiento por sumersión; si entra a la cocina corre el riesgo de quemaduras y heridas con objetos punzantes o de filo (cuchillos)”, refirió la doctora Santacruz Domínguez.

La entrevistada señaló además que a partir del primer año de vida, el niño amplía cada vez más su radio de acción y camina por la casa y sus alrededores: el patio, sube a la azotea, sale a la calle (acompañado en los primeros tiempos y después solo para ir a la escuela), al campismo, a la playa, etc. “Hay que tener en cuenta que tanto en los pre-escolares, como en los escolares y los adolescentes, las dos principales causas de muerte por accidentes son: el tránsito y el ahogamiento por sumersión, por lo que deben recibir una preparación especial sobre cómo comportarse como peatones, pasajeros y conductores de ciclos y otros vehículos, aprendiendo a respetar el Código de Seguridad Vial; así como percatándose del peligro de morir ahogado en una presa, una laguna, un río, o en la playa, desconociendo el lugar”.

“¿Por qué se accidentan los niños y niñas en el hogar? Generalmente en el menor de cinco años que se lesiona “accidentalmente” ocurre una “falla de la debida protección por descuido, omisión, olvido o imprevisión” de los adultos que lo custodian”, concluyó la experta.

RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN DE:

BRONCOASPIRACION ALIMENTARIA

-Brinde siempre lactancia materna, por lo menos durante los 6 primeros meses de vida.

-No usar biberones. En caso de que no pueda lactar, darle a tomar la leche en un vasito o con una cucharilla.

-Una vez alimentado el lactante debe tratarse que expulse los gases, golpeándole suavemente en la espalda, de abajo hacia arriba, evitándose que devuelva el alimento y que pueda ser aspirado.

-No permita que se le brinden alimentos estando acostado y mucho menos estando dormido.

SOFOCACIÓN

-Asegúrese que el espacio entre los barrotes de la cuna sea más pequeño que el diámetro de la cabeza del niño.

-Evite colocar al recién nacido sumamente abrigado durante el invierno.

-No permita el juego de colocarse bolsas plásticas en la cabeza, que pueden producir sofocación y muerte, ni que juegue con sogas, cordeles o el uso de cadenitas al cuello, que pueden dar lugar a estrangulaciones.

-Evite los juegos donde el niño pequeño trate de inflar globos, pues al romperse, puede aspirar un pedazo y morir asfixiado.

-Los padres no deben jugar con los niños cuando estos tienen la boca llena de alimentos.

-Debe recordarse el peligro que representa si un niño queda encerrado en un refrigerador.

COLECHO

-No permita que el recién nacido duerma entre los padres

-El adulto no debe compartir la cama con los niños menores de 1 año.

CUERPOS EXTRAÑOS

-No deje que los niños jueguen con objetos que puedan ser introducidos en cualquier cavidad natural, ser aspirados o ingeridos, como bolitas, botones, frijoles, alfileres, monedas, semillas, maníes, etc. Las pilitas de reloj pueden perforar el intestino por su reacción química.

-Tenga cuidado con ciertos alimentos que puedan contener fragmentos de hueso, cáscara de huevos, espinas de pescado.

-No permita que el niño lance maníes al aire para tratar de cogerlos con la boca.

-Cuidado con los sonajeros rotos, un lactante puede inhalar su contenido. Recuerde que cualquier objeto pequeño puede ser inhalado.

CAÍDAS

-Nunca deje solo a un lactante sobre una cuna o cama sin protección, mantenga subida la baranda de la cuna, tanto en el hogar, círculo infantil u hospital, y asegúrese de la baranda que no se deslice.

-Observe las aberturas entre los barrotes de la cuna así como la altura de las barandas, pues pueden favorecer las caídas.

-Evite colocar las cunas o muebles cerca de balcones no protegidos

-Evite los pisos sumamente pulidos o resbaladizos, ni con desniveles o desconchados.

-Raspe la suela de los zapatos cuando el niño comience a caminar para evitar que resbale, también pueden colocarse pedazos de esparadrapo o tape.

-Garantice que las sillas o bancos que utilice el niño sean seguros y no se volteen con facilidad.

-No deje que los niños pequeños jueguen en las escaleras. Debe enseñárseles cuando tenga edad suficiente, cómo bajarlas y subirlas, siempre apoyándose en la baranda, y evitar que lo hagan llevando en las manos cualquier objeto.

-Coloque rejas de protección en ventanas, balcones, escaleras.

-Muestre al niño el peligro que representa subirse a los árboles, aleros, escaleras, en los muebles y otros.

-No les permita que empinen papalotes en la azotea ni cerca del tendido eléctrico.

-No permita que se salte de un techo a otro, ni de un árbol a otro.

-Exija que todo pozo o agujero profundo esté bien protegido (tapado o cercado) para evitar caídas en su interior.

-Las caídas de la silla deben evitarse sujetando al niño con cinturones de seguridad y barra entre las piernas para evitar que el niño se deslice hacia delante.

-Limpie la grasa inmediatamente que caiga al suelo.

-Enseñe al niño que no debe retirar la silla de alguien que está a punto de sentarse.

INTOXICACIONES Y ENVENENAMIENTOS

-Por lo general, los accidentes por envenenamiento se producen al ingerir líquidos o sustancias venenosas. Los más comunes se producen por ingestión de medicamentos, cloro, ácidos, lejía, cosméticos, acetona, gasolina, kerosene, pesticidas, alimentos descompuestos o contaminados.

-Todos estos productos anteriormente mencionados deben mantenerse en recipientes bien tapados y protegidos, fuera del alcance de los niños, preferiblemente bajo llave.

-No reenvase en botellas de refrescos, de jugos, de vino o cerveza, líquidos tóxicos. Recuerde que el hermano mayor puede coger algunos de estos productos y ofrecérselo a su hermano más pequeño.

-No deje medicamentos al alcance de los niños, guárdelos siempre bajo llave.

-Si va a dar un medicamento a un niño siempre decirle: esto es una medicina, nunca decirle que es un caramelo, un dulce, que es rico, para evitar que después el niño pueda tomarlo por su cuenta e intoxicarse por sobredosis.

-Siempre que un medicamento haya perdido su etiqueta, no se identifique correctamente o se sospeche que está vencido, BOTARLO a la basura. Además, eliminar los medicamentos que no se usen.

-No dar nunca una medicina sin antes mirar y leer cuidadosamente lo que dice la etiqueta y su fecha de vencimiento.

-No deje que el niño vea cómo toma usted un medicamento, pues tratará de imitarlo.

-No administre bebidas alcohólicas a los niños

-Nunca mezcle productos no comestibles con los alimentos, pues en caso de ser ingeridos pueden hacer daño.

-No darle al niño alimento sin antes revisar que no tenga sabor ácido, mal olor o esté descompuesto.

-Cumpla estrictamente las indicaciones del médico en cuanto a las dosis de los medicamentos

Y en relación a los pesticidas:

-No permita el manejo de estos productos por un niño, recuerde que el gas proveniente de los pesticidas en aerosol tiene propiedades tóxicas.

-Lea cuidadosamente las instrucciones antes de usarlos

-Consérvelos en sus recipientes originales y guardados bajo llave.

-No utilice recipientes vacíos de pesticidas para aprovecharlos en guardar agua o alimentos.

HERIDAS CORTANTES

-Todos los objetos agudos y de filo deben estar controlados y fuera del alcance de los niños, como son: tijeras, cuchillos, alfileres, cuchillas, clavos sueltos o en una tabla, latas abiertas, alambres de púas, vidrios rotos, punzones, palos puntiagudos, herramientas y otros.

-No permita al niño que se lleve a la boca y corra con objetos como: trozo de madera, lápices, trompetas de plástico u otro material, objetos cortantes, etc., pues si se cae puede perforarle el paladar o la faringe.

-Adiestre al niño oportunamente para que utilice con cuidado objetos de cristal como vasos, cuando no es posible que los tengan de plástico o metal.

-No se deben dejar clavos oxidados o botellas rotas a su alcance.

-Debe disuadírsele para que no tire piedras.

-No permitirle que jueguen descalzos en solares donde puedan haber vidrios, latas abiertas, tablas con clavos, pedazos de cabillas, plantas espinosas, alambres de púas.

-Vigilar la utilización inadecuada de juguetes que pueden producir heridas.

-Mantenga un cuidado estricto con animales tanto domésticos como callejeros, especialmente gatos, perros, etc., que pueden arañar y morder.

-No permitirle que baje de su silla con el tenedor en la mano, para coger cualquier objeto que se haya caído.