Impresiones sobre el Taller de ética de los directivos de salud, organizado por el Capítulo Provincial de matanzas de la Sociedad Cubana de Salud Pública

socusapEl pasado miércoles 23 de marzo de este año 2016, aniversario 92 del natalicio del destacado educador médico cubano, Profesor de Mérito y DrC. Fidel Ilizástigui Dupuy, el Capítulo Provincial de Matanzas de la Sociedad Cubana de Salud Pública, realizó el Taller “La ética de los directivos de salud”, al que asistieron profesionales de diversas especialidades y también estudiantes de las ciencias de la salud. El Taller estuvo presidido por la Presidenta del Capítulo Provincial, el Director del Consejo Provincial de Sociedades Científicas de la Salud, el Decano de la Facultad de Ciencias Médicas y el Director del Hospital “Comandante Faustino Pérez”, sede del evento.

El Taller se inició con una brillante conferencia magistral impartida por el Dr. José Alberto Alonso de León, estudioso de la vida y obra pedagógica en ciencias médicas del Profesor Ilizástigui, que constituye su tesis doctoral.

A continuación, la Presidenta del Capítulo, Dra. Odalys Sánchez Barrera, informó a los asistentes acerca del programa del Taller y, de inmediato, me presentó para iniciar la conferencia introductoria titulada, igual que el Taller, “La ética de los directivos de salud”.

Al finalizar la conferencia hubo varias intervenciones, para reafirmar, ampliar o profundizar los aspectos esenciales tratados. De inmediato, se organizó el trabajo en dos Paneles, que trabajaron simultáneamente en dos salones, para tratar los temas:

  • PANEL 1, moderado por la Dra. Clara Laucirica Hernández, titulado: La necesidad de intercambio multidisciplinario, colaboración científica y tratamiento del tema de la ética y la gestión, en correspondencia con los valores y principios prevalecientes en nuestra sociedad y en nuestro sector salud.
  • PANEL 2, moderado por la Presidenta del Capítulo Provincial, Dra, Odalys Sánchez Barrera, que trató el tema: Las influencias personales de los profesionales de salud, a la luz del compromiso social con la realidad cubana actual.

Aunque al finalizar la exposición de los Panelistas, en cada salón hubo algunas intervenciones de los asistentes, el más amplio debate se produjo cuando todos se reunieron para analizar los aspectos esenciales tratados en ambos Paneles. Realmente interesante fue comprobar la atención que prestaron todos los asistentes, tanto a las exposiciones de los Panelistas como a las intervenciones que se produjeron desde el público asistente.

Al finalizar las intervenciones, solicité la palabra para compartir con los asistentes algunas consideraciones acerca de los aspectos tratados. Comencé llamando la atención acerca de la importancia de la vocación de servicio, de la que habló la Profesora Clara Laucirica en la introducción de su Panel, planteando ella que era lo que calificaba al desempeño profesional como algo útil, que el profesional realizaba de forma generosa y sociable, lo que contribuye eficazmente a elevar la calidad de los servicios. En este sentido, recordé el ejemplo del inolvidable Ministro de Salud Pública, Dr. Sergio del Valle Jiménez, quien me enseñó que “el verdadero símbolo del poder es la generosidad”, cuestión que debería caracterizar a un directivo de excelencia.

Seguidamente me referí a algunos aspectos muy importantes que fueron tratados por el Dr. Tomás Toledo Martínez. Uno de ellos es la falta de comunicación de los profesionales de salud con las personas que atienden, lo que genera la insatisfacción de esas personas. El otro aspecto importante es la calidad y la seguridad de los exámenes complementarios del diagnóstico clínico, pues ninguno de ellos es completamente inofensivo. Las nuevas tecnologías son muy efectivas; pero tienen sus riesgos, por lo que es preciso explicárselos a los pacientes y sus familiares e indicar los exámenes con responsabilidad.

También compartí con los asistentes mis consideraciones acerca de que el principal problema de salud, tanto al nivel universal como nacional, es el envejecimiento poblacional. En el caso de Cuba, los adultos mayores constituyen el 19% de la población, indicador que es el resultado de cuestiones positivas, tales como el hecho de que, aunque país pobre no tenemos miseria, gracias a la justicia del sistema social, tampoco tenemos analfabetismo, se ha erradicado un buen número de enfermedades trasmisibles y tenemos una amplia cobertura de los servicios de salud; pero también en ese indicador inciden aspectos negativos, tales como los graves problemas habitacionales, que obligan a la convivencia de dos y tres generaciones en un estrecho espacio, causa de que las parejas jóvenes decidan no tener hijos y también porque la fuerte emigración de los últimos años está conformada fundamentalmente por jóvenes.

Sin embargo, paradójicamente, la formación de especialistas no guarda relación con esta realidad. El pasado año 2014 se graduaron como geriatras 141 médicos, en tanto fueron 750 los graduados de ginecobstetricia, 600 de pediatría y 223 de neonatología.

Por último, al referirme al comentario que hizo el Profesor Toledo sobre lo planteado por la doctora Graciela Pogolotti acerca de que la sociedad cubana está fragmentada, debido a los efectos de la crisis de valores, comenté los resultados de una investigación que realicé el pasado año 2011 y que titulé “Una aproximación a los valores éticos consensuados por la sociedad cubana actual”, cuyos resultados –publicados en la Revista Educación Médica, Vol. 28 No. 1 2014- evidencian que los valores NO se trasmiten como las enfermedades infecciosas, tampoco se siembran o inculcan –como metafóricamente se dice- ni se imponen con lemas o consignas, sino que son constructos sociales, que se forjan en el diálogo, con la reflexión y el debate, hasta que se logra el consenso y se asumen por convicción, pues de lo contrario, se contribuye a la existencia de la doble moral. En este proceso es MUY importante el ejemplo de los padres en el hogar, el maestro en la escuela y los directivos de las instituciones sociales, políticas, gubernamentales y religiosas en el seno de la sociedad. Tiene que evidenciarse la coherencia entre el pensar, el decir y el actuar.

Entre los resultados más significativos de la investigación realizada está que el valor percibido por el 100% de los integrantes de la muestra fue la solidaridad y  la justicia solo obtuvo el 51 %, en tanto los anti-valores percibidos fueron el egoísmo (78 %) y la doble moral (72 %)

El DrC. Roberto Cañete Villafranca, integrante del segundo Panel, llamó la atención acerca de dos cuestiones importantes. Una, que algunos directivos eran reacios a liberar a trabajadores para su superación, con lo cual evidencian su falta de visión, ya que esos trabajadores mejor calificados pueden contribuir a elevar la calidad de los servicios prestados por la institución que dirige. El otro aspecto es la aplicación del principio ético de la justicia: dar a cada cual lo que necesita en el momento que lo necesita, cuestión válida tanto para las personas que reciben la atención de salud como para los trabajadores en general de la institución que dirige, teniendo siempre presente de que, si en algún momento establece un trato diferenciado, éste debe estar fundamentado en que se otorgue a las personas que más lo necesitan.

Finalmente, debo confesar que disfruté enormemente compartir con profesionales de tan alta competencia como las moderadoras, los panelistas y los asistentes, que demostraron no solo tener sólidos conocimientos y habilidades intelectuales, sino también valores, evidenciados en las actitudes asumidas: sencillez y modestia para compartir conocimientos, honestidad para defender sus convicciones propias y, muy especialmente, el respeto a todas las personas y sus opiniones.

Agradezco al Capítulo Provincial de Matanzas, de nuestra querida SOCUSAP, en especial a la Dra. Odalys Sánchez Barrera, su Presidenta; al doctor Abel Semper González, Decano de la Facultad de Ciencias Médicas; al doctor José Hernández Guerra, Director del Hospital “Comandante Faustino Pérez” y al DrC. Roberto Cañete Villafranca, Director del Consejo Provincial de Sociedades Científicas de la Salud, por todas las atenciones recibidas. A todos mis coterráneos, por la hospitalidad y cariñosa acogida.

María del Carmen Amaro Cano
Profesora Consultante Salud Pública